Cada 25 de julio se celebra en esta localidad toledana la fiesta de su patrón. El primer registro histórico acerca de esta fiesta data de 1584, pero se cree que puede ser más antigua.
La jornada comienza a las 10 de la mañana con las primeras carreras de "caballos enjaezados" (abrazados).
Todos los caballistas, agrupados por parejas, y con el estandarte del hermano mayor a la cabeza, dan tres vueltas alrededor de la plaza principal del municipio al paso marcado por dos músico músicos que, a ritmo de clarinete y tambor, interpretan una vieja melodía conocida como “la música de los caballos”. Acto seguido, el hermano mayor comienza la carrera galopando por las calles del pueblo. Luego corren las parejas consecutivamente atravesando la plaza del pueblo y en cuyo recorrido los jinetes deben demostrar su habilidad abrazándose por el hombro, intentando que los caballos vayan lo más juntos y rápido posible. Este proceso se repite tres veces para terminar como se comenzó: tres vueltas al paso de todos los caballos agrupados alrededor de la plaza del pueblo, con lo que se da por finalizado el ritual.
Tras las primeras carreras hay una procesión donde se porta la imagen del patrón por las calles del pueblo y, al finalizar, se oficia una misa solemne. Después de la misa, los miembros de la Hermandad eligen al que será su Hermano Mayor para el próximo ańo.
Tras la misa, a la 1 de la tarde, se celebra otra carrera con el mismo ritual que la anterior y a las 7 de la tarde se vuelve a repetir por tercera vez.
Tras estas últimas carreras se realiza lo que se conoce como "correr los gansos". Los jinetes deben capturar la cabeza de estas aves, sacrificadas por un veterinario, desde el caballo a la carrera.
El Carpio de Tajo se encuentra hermanado con la localidad alemana de Höntrop donde también tiene lugar este tipo de carrera. Parece ser que a comienzos del siglo XVII un viejo militar carpeńo -Martín Fernández de Olmedo- que formaba parte de los temidos tercios de Flandes divulgó la costumbre de la captura de gansos por Alemania, conservándose, aún hoy, en Höntrop.
Las relaciones con la comunidad alemana de Höntrop están perfectamente organizadas y cada 2 ańos se realizan intercambios de forma que un ańo, caballistas carpeńos participan en la festividad alemana, al ańo siguiente se descansaría, y al siguiente son los alemanes quienes colaboran en las fiestas de El Carpio. No obstante, las buenas relaciones existentes hacen que que algunos alemanes acudan a las fiestas de Santiago aunque no les toque.
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